Resulta paradójico echar un ojo al “cajón de sastre” de la música y
toparse con “Truly yours”. Hasta el día de hoy, Elphomega ha sabido
sortear el yugo que imponen las modas. Ha mantenido un discurso
coherente y honesto. Y ha realizado ocho discos de rap sin
aspavientos, compartiendo ideas y conceptos con cada uno de los
compañeros de viaje que a lo largo de su carrera han sido. En esta
ocasión es Ciclo el encargado de facturar las instrumentales de todo
el álbum y el beatmaker salpica el sonido lo-fi de elegantes muestras
capaces de excitar las emociones del mc que deja caer su marca en
textos a medio camino entre el vitalismo y el existencialismo,
filtrando lo cotidiano por un prisma de dulce ensoñación onírica.

En esta nueva entrega, Elphomega parece tomar distancia de sus
más recientes trabajos para volver a retomar hábitos del pasado. Se
aparta de los textos complejos y caleidoscópicos. Un disco en el que
salvando las distancias, se intuye una puesta al día de las métricas de
trabajos primigenios como “Homogeddon” (Zona Bruta, 2005) o “El
Testimonio Libra” (Zona Bruta, 2007) pero con una salvedad,
aquellos textos abigarrados que sirvieron para abrir sendas, han
dado paso a rimas sintéticas, desnudas de toda hojarasca mística,
visión conspiranoica o querencia por la distopía primitiva. El
resultado, doce esenciales bocados de realidad despojados de
fantasía y expuestos con elegancia y sencillez.

En el apartado de colaboraciones éstas se reducen a tres. La voz en
“Flash” de Julia Martín, el estribillo de “Ciego” para el que cuenta
con Dheformer Galinier, puente en el que el viñero relata estar
entendiendo la obra de Picasso mientras se divierte encerrado con
su chicas en el museo Pompidou, y por último, Peter Samir, artista
nacido en Marruecos y poseedor de una voz idónea para soltar un
verso con reflejos jamaicanos en “Ghoulie”.